No Dualidad
Si tu propósito es progresar espiritualmente, te compartiré mis conocimientos sobre Advaita Vedanta, misticismo clásico, budismo tibetano y cosmovisión andina, descubriendo las raíces que los unen, ya que todas las enseñanzas ancestrales, las que conozco y posiblemente las que no conozco, nos llevan al mismo sitio: de vuelta a casa.
De entre todas ellas, la que ocupa mi corazón es la advaita y el maestro que más he leido es Ramana Maharshi. Llevo en este camino espiritual de una forma consciente y comprometida desde 2012 y puedo decir que llevo ya unos años con una mente tranquila. Qué duda cabe que el estado sereno de mi mente es fruto de la Gracia, pero hemos de ser humildes y reconocer que hay un trabajo diario, constante y amoroso que recorrer para poder apreciar el regalo de la serenidad y que hay que seguir cultivando la paz día a día, porque la vida no deja de ofrecernos pruebas de madurez. Solo que ahora tengo más herramientas para avanzar en el camino y más fortaleza para actuar con valentía y libertad. Doy gracias por ello.
No puedo ofrecerme como guía espiritual advaitina porque eso requiere una dedicación exclusiva y mi proyecto está más dirigido a la terapia regresiva y a la sanación de traumas, pero sí que encontrarás en mí una ayuda para aprender a meditar y una orientación sobre las experiencias que vayas teniendo en tu camino espiritual.
Cuando desperté a la comunicación con nuestros amigos invisibles, ya llevaba un largo trecho andado en el camino espiritual. De hecho, fue gracias a aquietar la mente que empecé a “escucharles”. Para entonces, comprendía el concepto de maya o ilusión del vedanta, que explica que esto que llamamos realidad es solo una ilusión creada por la única mente que existe, la Presencia, el Ser.
En medio, entre el Ser y nuestra realidad cotidiana, hay un mundo de mundos. Me encanta verlo así: al igual que por la mañana nos despertamos y nos damos cuenta de que lo que acabamos de vivir era un sueño creado por nuestra mente humana, al morir despertaremos de este sueño que llamamos vida, creado por nuestra mente superior. Y la vida continuará y diseñaremos mil aventuras más.
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Será un placer compartir un tramo del camino contigo.